Pero a pesar de beber directamente de la técnica del collage y del estilo del pintor Gustav Klimt, el Sahrazad de Sergio Toppi no supone una mera colección de cuentos ilustrados, sino una pequeña revolución narrativa que acusa la influencia de las vanguardias artísticas para realizar un comic maduro y para adultos. Príncipes indios cubiertos de abalorios de bronce y ricas telas, esclavas de ojos tiznados, sirvientes enjutos, magos ajados, genios y gigantes. Toppi se documenta para caracterizar a una galería de personajes revestidos de un esplendor bárbaro tremendamente realista, y a la vez disparatadamente exagerado. Una maraña de líneas entrecruzadas y unas splash-pages sobrecogedoras en donde el autor perfilará la personalidad que le hará reconocible entre cualquier otro. Ese dibujo por sí sólo puede representar el paso del tiempo dejado discurrir la mirada por su trazo, intrincado y fundamental, y completando la información sugerida. Para ponerlos en imágenes, el artista recurre a magnificentes composiciones de página, viñetas laberínticas que a menudo ocupan una sola plancha congelando en un instante todo un lapso narrativo. Relatos de grandes pasiones, de venganzas y de ojo por ojo. Los cuentos que recoge Sergio Toppi son historias sangrientas conducidas por el fatalismo y el sentido trágico de la vida.
En ella Toppi daba rienda suelta a su interés por la investigación formal, por experimentar con la expresividad de su trazo y por hacer evolucionar tanto su dibujo como la técnica del comic. La primera en la que exhibía total autoría. El italiano había comenzado la publicación de Sahrazad a finales de la década anterior en la revista Linus y era su obra más personal hasta la fecha. Su sentido del espectáculo residía en la grandiosidad de sus páginas, y no tanto en impactar al lector con situaciones chocantes. Acostumbrados a los cómics de acción, las historias de Toppi eran lentas tragedias de proporciones shakespeareanas.
Adaptación de los cuentos recopilados en Las Mil y Una Noches llevado a cabo por el italiano Sergio Toppi.Įl contraste fue grande.